lunes, 10 de enero de 2011

Recuerdo de lo que pudo haber pasado

Fue arrastrándonos por los entretechos, agazapados como lauchas
Encontrando las caras a tientas mientras dormían las putas en sus camas de tierra
Dejando nuestros pellejos pegados en los zinc calientes al ritmo una ranchera
Retumbando del walkie talkie de algún paco guatón de cara enrojecida
Que sentimos que nos llamabas con la boca apretada por una mano callosa
Y sin poder gritar, te gritamos que te callaras, con los ojos llenos de tripas
Mientras abajo explotaban los cajones a patadas, invocando nuestros nombres
Y las culatas de los máuser te besaban la mandíbula fracturada
Regada por el miado amarillento de un teniente ojeroso
Mientras en la calle los niños arrancando la sangre de un grifo desprevenido
Saludaban el helicóptero que pisoteaba los techos

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