Primero
Fabricar cataplasma de barro podrido
Del fondo de los charcos con agua verde
Sacar el barro con las manos
Hasta sentirlo quemar las uñas
Mesclar con musgo de algun árbol muerto
De esos que ya nadie quiere
Y se amontonan como leña a aire
Humedecer con agua ardiente
De la más fuerte
Agua ardiente tomada para desamar
Vendar con trapos viejos
Banderas, o ropa de guagua
Apretar entre los dedos
con fuerza
Justo antes de la rabia
Presionar contra la herida
Que nunca es expuesta
Concentrarse en la pena
En la rabia
Con rabia
Hacerlo cada vez que se sienta húmedo por la sangre o las lagrimas, repetir cuantas veces sea necesario, un dia o varios años, no importa, al final se contiene la hemorragia de afectos que se escapa por la grieta de la carne.
Este tratamiento es experimental, no ha sido probado ni siquiera por el autor, pero todo sirve cuando la costra se rompe y se escapa el poco vino que mantuvimos dentro
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